4 de enero, 2015

Éxito

Es difícil definir el éxito. Más difícil aún cuando a menudo somos asediados por definiciones tácitas del éxito que cruelmente pretenden guiarnos en la vida en busca de algo que no sabemos si queremos.

No es ninguna sorpresa para nadie si digo que el éxito es ganar más dinero del que uno necesita. Tampoco es sorpresa decir que alguien con éxito es alguien que se recibió en la universidad, tiene su título encuadrado en la pared y gracias a él, es un gran profesional. O tal vez decir que exitoso es aquel que gracias a una gran hazaña hoy es admirado por miles.

Entonces qué? El éxito es para nuestros ojos aquello que nos inyectan en la cabeza desde el primer día de nuestra vida. El éxito es difícil de conseguir, pero no imposible. Hace falta estudiar y recibirse, o esforzarse duramente en su defecto, desarrollar una carrera profesional, conseguir un trabajo estable, para entonces poder tener una familia tipo, una casa propia y un auto. Entonces saldrás a la calle con la frente en alto y la gente dirá esa es una persona exitosa.

Yo digo que no.

Lo difícil del éxito no es alcanzarlo: lo difícil es visualizarlo, plantearlo y entenderlo. Entender que depende pura y exclusivamente de lo que nosotros esperamos de él y de nosotros mismos. Es imposible mirar una persona y saber si es o no una persona exitosa, porque el éxito no es un estándar o una cualidad mensurable. No podemos abrir el libro de la vida y leer las reglas para alcanzar el éxito, aunque a eso estemos acostumbrados.

El éxito sólo es visible y evaluable para uno mismo. El éxito es cerrar los ojos por la noche sintiendo que hoy estoy donde quiero estar y no donde alguien quiere que esté. El éxito no es un diez en un papel; es un diez en el alma, que sólo puede autoevaluarse: nadie más que nosotros puede calificar nuestro éxito. El éxito es estar en paz cada día con las elecciones que tomé; explotar mis posibilidades hasta encontrar el equilibrio perfecto entre mi libertad y mis límites. Sólo voy a ser exitoso cuando esas cadenas que me tienen atado a lo que debe ser se rompan y me permitan ir en busca de algo más. El éxito no se trata de alcanzar algo; se trata de tener el poder de elegir ese algo que quiero perseguir.

Sólo aquellas personas que miran a su alrededor y realmente sienten que nada falta, a pesar de que falte tanto, son las personas verdaderamente exitosas.